Los siniestros y coberturas de los seguros:
la legislación de seguros y los problemas de los consumidores
europeos.
Los seguros han tenido un avance espectacular en los últimos
tiempos.
A diferencia de muchos países europeos, los consumidores
españoles todavía no perciben los seguros como sinónimo
de calidad de vida, que sería su concepto más avanzado,
en vigor en el resto de Europa, sino como daño o desgracia
y por otro lado, y demasiado habitualmente, no comprenden sus entresijos
y complejos formulismos.
Es evidente que una buena parte de la culpa de esta situación
la tienen las mismas compañías aseguradoras, por su
tradicional falta de transparencia y por la ausencia de una verdadera
atención al cliente. La comercialización excesivamente
agresiva y escasamente profesionalizada, con la que se han extendido
los seguros por España, hacen que el asegurado sea algo así
como un incauto al que hay que colocarle, como sea, cualquier tipo
de producto, le convenga o no.
Igualmente, en seguros de daños como el del automóvil,
el usuario es, para las compañías y en demasiadas
ocasiones, un «defraudador» nato contra el que tienen
que defenderse.
Esta situación, perjudicial tanto para las compañías
como para los clientes, debe superarse, dando paso a un concepto
de venta, producto y atención al cliente más moderno
y acorde con la importancia que el sector tiene para la vida de
las personas y para la economía.
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